Esto es la Universidad.... pública




Este blog está dirigido a vosotros, los estudiantes que acabáis de llegar a la Universidad. A la Universidad pública. A la universidad de todos. La que costeamos entre todos para que independientemente del nivel de vuestros ingresos familiares tengáis la oportunidad de aprender y de transformar vuestra vida. Para que aprendáis Derecho y, sobre todo, os convirtáis en personas pensantes y críticas, dispuestas a integraros inteligentemente en el mundo que os ha tocado vivir.

En este blog encontraréis primero las instrucciones para sacar el máximo provecho de "nuestro" esfuerzo conjunto a lo largo de estas semanas de clase. Pero también algo más: una incitación permanente a aprender, un estímulo para que vayáis más allá de la mera superación del trámite administrativo del aprobado. Escribía el piloto, escritor y filósofo francés Antoine de Saint Exupéry (1900-1944) en El Principito, que "sólo se conocen las cosas que se domestican". Por eso voy a tratar de convenceros de lo importante que es "domesticar" lo que vais a estudiar. Para que sintáis lo apasionante que es descubrir el mundo a través del Derecho. Pero no del Derecho a secas, sino del Derecho en su trayectoria histórica, en el marco cultural de la civilización en la que aparece. Para que comprendáis como sugería José Ortega y Gasset, que preservar nuestra civilización depende de que cada generación se adueñe de su época y sepa vivir "a la altura de los tiempos".

Para ello cada semana os diré qué tenéis que estudiar y cómo, os proporcionaré lecturas y os recomendaré ejercicios. También compartiré con vosotros pensamientos y consideraciones que vengan a cuento, al hilo de lo que vayamos estudiando.

Tendremos que trabajar mucho, vosotros y un servidor. Pero eso dará sentido a vuestro -nuestro- paso por la Universidad. Será un esfuerzo muy rentable para vuestro -mi- engrandecimiento como personas. Os lo aseguro.

Ánimo, y a por ello.

Un saludo cordial

Bruno Aguilera-Barchet

sábado, 20 de septiembre de 2025

UN ANIMAL SOCIAL... Y JURÍDICO

 Hubo un tiempo en el que no vivíamos amontonados. En el que solo trabajábamos para garantizarnos lo esencial. En el que no éramos esclavos del trabajo. En el que no vivíamos en ciudades, hacinados en edificios colmena. Éramos cazadores-recolectores y vivíamos al compás de las estaciones. A nuestra bola. Sin embargo en aquél tiempo ya habíamos empezado a aprender a organizarnos y a favorecer nuestra cooperación en masa. Gracias a la Revolución cognitiva.  

1. La revolución cognitiva

Es cierto que, no se sabe muy bien por qué, hace unos 70.000 años nuestro cerebro se desarrolló más que el de los demás animales y empezamos a comunicarnos con un lenguaje mucho más detallado y sutil. Un lenguaje que nos permitía describir lo real y lo que nos imaginábamos. Y gracias a ello construimos ficciones, que nos permitieron cooperar en grupos cada vez más numerosos. Por eso, hace unos 700 siglos más o menos, empezamos a dominar el planeta.  

 Este dominio se aceleró como consecuencia de la aparición de la “Revolución agrícola.”

2. La Revolución agrícola

Terrazas arroceras de Yunnan (China)

 El hombre empieza a imponerse a los demás seres vivos (animales y vegetales) porque gracias a la “Revolución cognitiva” y al “derecho” logra convivir en grupos. No obstante, no cabe duda que estos grupos humanos empiezan a ser cada vez mayores y potentes como consecuencia de la Revolución agrícola. Cuando los sapiens en vez de ser solo depredadores (recolección, caza y pesca) son capaces de generar su propio alimento (agricultura y ganadería). 




DE LA SOCIEDAD TRASHUMANTE A LA SEDENTARIA: LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA 

"Con el tiempo sin embargo, el progreso de los descubrimientos arqueológicos acabó por transformar el sentido inicial de los términos paleolítico y neolítico, que pasaron a designar dos fases de la organización económica de los hombres prehistóricos. El paleolítico pasó a ser desde este punto de vista la etapa del hombre trashumante que vivía esencialmente de una caza que le obliga a desplazarse constantemente en busca de sus presas. En el Neolítico en cambio aparecerían las primeras comunidades humanas sedentarias que fijan su residencia en un territorio concreto. 

En la época paleolítica, cuando el hombre es trashumante y los grupos humanos son pequeños, la organización y dirección del grupo suele encomendarse al individuo que más fácilmente puede asegurar la supervivencia de todos. Aunque suele ser auxiliado en su tarea por otro miembro del grupo que mantiene la tradición y actúa como intermediario con las fuerzas sobrenaturales. El hechicero, el brujo, el druida, el sumo sacerdote son algunas de sus figuras más conocidas. Desde el punto de vista de la cohesión social, lo que mantiene unido al grupo son los vínculos sanguíneos y el afán de sobrevivir en un medio considerablemente hostil y difícil.  

 No obstante es posible que estos hombres prehistóricos también tuviesen una organización social más cohesionada. Prueba de ello son los monumentos megalíticos que suponen la existencia de una concertación social que permitía mover piedras tan grandes. Pero no podemos saber mucho más porque carecemos de testimonios escritos. 

  Sí se produce un cambio drástico en la organización social cuando, como consecuencia de la “revolución neolítica”, el hombre se convierte en un ser sedentario y pasa a residir en el mismo lugar.  Lo que suele ser consecuencia de un considerable crecimiento demográfico, que impone una progresiva estructuración de la organización social.  Las sociedades neolíticas nos resultan en algunos casos más familiares porque de las mismas se han conservado testimonios escritos que nos ofrecen una información mucho más precisa que los meros restos arqueológicos. El paso del hombre trashumante, con un modo de vida basado en la destrucción de los recursos naturales (economía de depredación), a un hombre sedentario, que vive de la multiplicación de los recursos vegetales —agricultura— y animales —ganadería— (economía de producción), es tan trascendental para la vida de la Humanidad que la historiografía suele hablar de Revolución Neolítica.  

 La transición del Paleolítico al Neolítico se produce muy lentamente, como consecuencia del cambio climático que sobreviene tras el último período glaciar (10.000 a. de C). Por eso suele hablarse de un período Mesolítico intermedio que, en rasgos generales podría situarse entre el octavo y el quinto milenios. La Revolución Neolítica no se produce sin embargo, en todos los lugares de la Tierra simultáneamente. Aparece más tempranamente en aquellos lugares en los que las condiciones geográficas son más favorables al desarrollo de la agricultura. Y viceversa, se retrasa cuando las condiciones climáticas son inadecuadas, lo que explica que en la actualidad existan todavía pueblos trashumantes que, significativamente, viven en zonas desérticas, como los bosquimanos del Kalahari." 

B. Aguilera-Barchet et al. (2010) Estado y Derecho en España.Un ensayo de historia jurídica comparada. I. Las bases: de los orígenes al año 711 Madrid: Instituto de Estudios Jurídicos Internacionales y Université de Paris-Est pp. 81-82


3. ¿El mayor fraude de la historia?

  Tradicionalmente se entendía que la civilización empieza con la agricultura. Esta visión positiva de la Revolución agrícola sin embargo se ha visto últimamente refutada por Harari para quien esta importante transformación es el mayor fraude de la historia. Veamos por qué. 

¿EL MAYOR FRAUDE DE LA HISTORIA?

 "Los entendidos proclamaban antaño que la revolución agrícola fue un gran salto adelante para la humanidad. Contaban un relato de progreso animado por la capacidad cerebral humana. La evolución produjo cada vez personas más inteligentes. Al final, estas eran tan espabiladas que pudieron descifrar los secretos de la naturaleza, lo que les permitió amansar a las ovejas y cultivar el trigo. En cuanto esto ocurrió, abandonaron alegremente la vida agotadora, peligrosa y a menudo espartana de los cazadores-recolectores y se establecieron para gozar de la vida placentera y de hartazgo de los agricultores. 

Este relato es una fantasía. No hay ninguna prueba de que las personas se hicieran más inteligentes con el tiempo. Los cazadores-recolectores conocían los secretos de la naturaleza mucho antes de la revolución agrícola, puesto que su supervivencia dependía de un conocimiento cabal de los animales que cazaban y de las plantas que recolectaban. En lugar de anunciar una nueva era de vida fácil, la revolución agrícola dejó a los agricultores con una vida generalmente más difícil y menos satisfactoria que la de los cazadores-recolectores. Los cazadores-recolectores pasaban el tiempo de maneras más estimulantes y variadas, y tenían menos peligro de padecer hambre y enfermedades. Ciertamente, la revolución agrícola amplió la suma total de alimento a disposición de la humanidad, pero el alimento adicional no se tradujo en una dieta mejor o en más ratos de ocio, sino en explosiones demográficas y élites consentidas. El agricultor medio trabajaba más duro que el cazador-recolector medio, y a cambio obtenía una dieta peor. La revolución agrícola fue el mayor fraude de la historia. 

¿Quién fue el responsable? Ni reyes, ni sacerdotes, ni mercaderes. Los culpables fueron un puñado de especies de plantas, entre las que se cuentan el trigo, el arroz y las patatas. Fueron estas plantas las que domesticaron a Homo sapiens, y no al revés. 

Planta del trigo

La culpa fue del trigo

 Pensemos por un momento en la revolución agrícola desde el punto de vista del trigo. Hace 10.000 años, el trigo era solo una hierba silvestre, una de muchas, confinada a una pequeña área de distribución en Oriente Próximo. De repente, al cabo de solo unos pocos milenios, crecía por todo el mundo. Según los criterios evolutivos básicos de supervivencia y reproducción, el trigo se ha convertido en una de las plantas de más éxito en la historia de la Tierra. En áreas como las Grandes Llanuras de Norteamérica, donde hace 10.000 años no crecía ni un solo tallo de trigo, en la actualidad se pueden recorrer centenares y centenares de kilómetros sin encontrar ninguna otra planta. En todo el mundo, el trigo cubre 2,25 millones de kilómetros cuadrados de la superficie del planeta, casi diez veces el tamaño de Gran Bretaña. ¿Cómo pasó esta hierba de ser insignificante a ser ubicua? 

 El trigo lo hizo manipulando a Homo sapiens para su conveniencia. Este simio había vivido una vida relativamente confortable cazando y recolectando hasta hace unos 10.000 años, pero entonces empezó a invertir cada vez más esfuerzos en el cultivo del trigo. En el decurso de un par de milenios, los humanos de muchas partes del mundo hacían poca cosa más desde la salida hasta la puesta de sol que cuidar de las plantas del trigo. No era fácil. El trigo les exigía mucho. Al trigo no le gustan las rocas y los guijarros, de manera que los sapiens se partían la espalda despejando los campos. Al trigo no le gusta compartir su espacio, agua y nutrientes con otras plantas, de modo que hombres y mujeres trabajaban durante largas jornadas para eliminar las malas hierbas bajo el sol abrasador. El trigo enfermaba, de manera que los sapiens tenían que estar atentos para eliminar gusanos y royas. El trigo se hallaba indefenso frente a otros organismos a los que les gustaba comérselo, desde conejos a enjambres de langostas, de modo que los agricultores tenían que vigilarlo y protegerlo. El trigo estaba sediento, así que los humanos aportaban agua de manantiales y ríos para regarlo. Su insaciabilidad impulsó incluso a los sapiens a recoger heces de animales para nutrir el suelo en el que el trigo crecía. 

Desventajas de la agricultura

 El cuerpo de Homo sapiens no había evolucionado para estas tareas. Estaba adaptado a trepar a los manzanos y a correr tras las gacelas, no a despejar los campos de rocas ni a acarrear barreños de agua. La columna vertebral, las rodillas, el cuello y el arco de los pies pagaron el precio. Los estudios de esqueletos antiguos indican que la transición a la agricultura implicó una serie de dolencias, como discos intervertebrales luxados, artritis y hernias. Además, las nuevas tareas agrícolas exigían tanto tiempo que las gentes se vieron obligadas a instalarse de forma permanente junto a sus campos de trigo. Esto cambió por completo su modo de vida. No domesticamos el trigo. El término «domesticar» procede del latín domus, que significa «casa». ¿Quién vive en una casa? No es el trigo. Es el sapiens. 

Planta del arroz
Una dieta más pobre

 ¿De qué manera convenció el trigo a Homo sapiens para cambiar una vida relativamente buena por una existencia más dura? ¿Qué le ofreció a cambio? Desde luego, no le ofreció una dieta mejor. Recordemos que los humanos son simios omnívoros que medran a base de una amplia variedad de alimentos. Los granos suponían solo una pequeña fracción de la dieta humana antes de la revolución agrícola. Una dieta basada en cereales es pobre en minerales y vitaminas, difícil de digerir y realmente mala para los dientes y las encías. 

Inseguridad económica

 El trigo no confirió seguridad económica a la gente. La vida de un campesino es menos segura que la de un cazador-recolector. Los cazadores-recolectores se basaban en decenas de especies para sobrevivir, y por lo tanto podían resistir los años difíciles incluso sin almacenes de comida conservada. Si la disponibilidad de una especie se reducía, podían recolectar y cazar otras especies. Hasta hace muy poco, las sociedades agrícolas se han basado para la mayor parte de su ingesta de calorías en una pequeña variedad de plantas domésticas. En muchas áreas se basaban en una única planta, como el trigo, las patatas o el arroz. Si las lluvias fallaban o llegaban plagas de langostas o si un hongo aprendía cómo infectar a esta especie alimentaria básica, los campesinos morían por miles y millones. 

Planta de la patata
Una sociedad violenta

El trigo tampoco podía ofrecer seguridad contra la violencia humana. Los primeros agricultores eran al menos tan violentos como sus antepasados cazadores-recolectores, si no más. Los agricultores tenían más posesiones y necesitaban terreno para plantar. La pérdida de tierras de pastos debido a las incursiones de vecinos podía significar la diferencia entre la subsistencia y la hambruna, de manera que había mucho menos margen para el compromiso. Cuando una banda de cazadores-recolectores se veía acosada por un rival más fuerte, por lo general podía marcharse. Era difícil y peligroso, pero era factible. Cuando un enemigo fuerte amenazaba una aldea agrícola, la retirada significaba ceder los campos, las casas y los graneros. En muchos casos, esto condenaba a los refugiados a morirse de hambre. Por lo tanto, los agricultores tendían a quedarse en su tierra y a luchar hasta las últimas consecuencias. 

 Muchos estudios antropológicos y arqueológicos indican que en las sociedades agrícolas simples, sin marcos políticos más allá de la aldea y la tribu, la violencia humana era responsable de un 15 por ciento de las muertes, incluido un 25 por ciento de las muertes de hombres. En la Nueva Guinea contemporánea, la violencia explica el 30 por ciento de las muertes de hombres en una sociedad tribal agrícola, los dani, y el 35 por ciento en otra, los enga. ¡En Ecuador, quizá hasta el 50 por ciento de los waorani adultos sufren una muerte violenta a manos de otro humano![2] Con el tiempo, la violencia humana se puso bajo control mediante el desarrollo de estructuras sociales mayores: ciudades, reinos y estados. Pero hicieron falta miles de años para construir estas estructuras políticas enormes y efectivas". Y. N. Harari Sapiens cit. pp. 97-101.


4. Un crecimiento demográfico exponencial. 

 Lo que si produjo el descubrimiento de la agricultura fue un crecimiento demográfico exorbitante. La especie humana a partir de la Era agrícola se multiplicó exponencialmente, y al ser más, afianzamos de modo irreversible nuestro dominio sobre el Planeta. 

LA MULTIPLICACIÓN DE LOS "SAPIENS"

 La vida en las aldeas aportó ciertamente a los primeros agricultores algunos beneficios inmediatos, como una mejor protección contra los animales salvajes, la lluvia y el frío. Pero para la persona media, las desventajas probablemente sobrepasaban a las ventajas. Esto resulta difícil de apreciar por parte de las personas que viven en las sociedades prósperas de hoy en día. Debido a que gozamos de abundancia y seguridad, y puesto que nuestra abundancia y seguridad se han construido sobre los cimientos que estableció la revolución agrícola, suponemos que esta fue una mejora maravillosa. Pero es erróneo juzgar miles de años de historia desde la perspectiva actual. Un punto de vista mucho más representativo es el de una niña de tres años de edad que muere de desnutrición en la China del siglo I porque los cultivos de su padre no han prosperado. ¿Acaso diría «Me estoy muriendo de desnutrición, pero dentro de 2.000 años la gente tendrá comida abundante y vivirá en casas con aire acondicionado, de modo que mi sufrimiento es un sacrificio que vale la pena»? 

 ¿Qué es, pues, lo que el trigo ofrecía a los agriculturalistas, incluida esta niña china desnutrida? No ofrecía nada a la gente en tanto que individuos, pero sí confirió algo a Homo sapiens como especie. Cultivar trigo proporcionaba mucha más comida por unidad de territorio, y por ello permitió a Homo sapiens multiplicarse exponencialmente. Hacia el año 13000 a.C., cuando las gentes se alimentaban recolectando plantas silvestres y cazando animales salvajes, el área alrededor del oasis de Jericó, en Palestina, podía sostener todo lo más una tropilla errante de 100 personas relativamente saludables y bien alimentadas. Hacia el 8500 a.C., cuando las plantas silvestres habían dado paso a los campos de trigo, el oasis sostenía una aldea grande pero hacinada de 1.000 personas, que padecían mucho más de enfermedades y desnutrición. 

 La moneda de la evolución no es el hambre ni el dolor, sino copias de hélices de ADN. De la misma manera que el éxito económico de una compañía se mide solo por el número de dólares en su cuenta bancaria y no por la felicidad de sus empleados, el éxito evolutivo de una especie se mide por el número de copias de su ADN. Si no quedan más copias de ADN, la especie se extingue, de la misma manera que una compañía sin dinero está en bancarrota. Si una especie puede alardear de muchas copias de ADN, es un éxito, y la especie prospera. Desde esta perspectiva, 1.000 copias siempre son mejores que 100 copias. Esta es la esencia de la revolución agrícola: la capacidad de mantener más gente viva en peores condiciones.  [...]" Y. N. Harari Sapiens cit. pp. 117-119.

5. Ciudades e Imperios

Por otra parte, cuando los sapiens empiezan a producir su sustento mediante el cultivo y la ganadería, pasan de trashumantes a sedentarios y empiezan a surgir grandes agrupaciones humanas en un mismo territorio: “órdenes imaginados” 

Ruinas de Jericó, la ciudad más antigua de la Historia




"UN ORDEN IMAGINADO 

"Los excedentes de alimentos producidos por los campesinos, junto con una nueva tecnología del transporte, acabaron permitiendo que cada vez más gente se hacinara primero en aldeas grandes, después en pueblos y, finalmente, en ciudades, todas ellas unidas por nuevos reinos y redes comerciales. 

 Sin embargo, para sacar partido de estas nuevas oportunidades, los excedentes de alimentos y el transporte mejorado no eran suficientes. El simple hecho de que se pueda dar de comer a mil personas en el mismo pueblo o a un millón de personas en el mismo reino no garantiza que puedan ponerse de acuerdo en cómo dividir la tierra y el agua, en cómo zanjar disputas y conflictos, y en cómo actuar en épocas de sequía o de guerra. Y si no se puede llegar a ningún acuerdo, los conflictos se extienden, aunque los almacenes estén repletos. No fue la carestía de los alimentos lo que causó la mayor parte de las guerras y revoluciones de la historia. La Revolución francesa fue encabezada por abogados ricos, no por campesinos hambrientos. La República romana alcanzó su máximo apogeo en el siglo I a.C., cuando flotas cargadas de tesoros procedentes de todo el Mediterráneo enriquecían a los romanos superando los sueños más visionarios de sus antepasados. Y, sin embargo, fue en ese momento de máxima prosperidad cuando el orden político romano se desplomó en una serie de mortíferas guerras civiles. Yugoslavia tenía en 1991 recursos suficientes para alimentar a todos sus habitantes, y aun así se desintegró en un baño de sangre terrible.  El problema de raíz de dichos desastres es que los humanos evolucionaron durante millones de años en pequeñas bandas de unas pocas decenas de individuos. Los pocos milenios que separan la revolución agrícola de la aparición de ciudades, reinos e imperios no fueron suficientes para permitir la evolución de un instinto de cooperación en masa. 

 A pesar de la carencia de estos instintos biológicos, durante la era de los cazadores-recolectores, cientos de extraños pudieron cooperar gracias a sus mitos compartidos. Sin embargo, dicha cooperación era laxa y limitada. Cada cuadrilla de sapiens continuó desarrollando su vida de manera independiente y proveyendo la mayor parte de sus necesidades. Un sociólogo arcaico que hubiera vivido hace 20.000 años, que no tuviera conocimiento de los acontecimientos que siguieron a la revolución agrícola, bien pudiera haber llegado a la conclusión de que la mitología tenía muy pocas posibilidades de salir airosa. Los relatos sobre espíritus ancestrales y tótems tribales eran lo bastante fuertes para permitir que 500 personas intercambiaran conchas marinas, celebraran un festival ocasional y unieran fuerzas para exterminar a una banda de neandertales, pero nada más. La mitología, habría pensado el sociólogo de la antigüedad, no podría haber capacitado a millones de extraños para cooperar cada día. 

 Pero esto resultó ser erróneo. Aconteció que los mitos son más fuertes de lo que nadie podía haber imaginado. Cuando la revolución agrícola abrió oportunidades para la creación de ciudades atestadas e imperios poderosos, la gente inventó relatos acerca de grandes dioses, patrias y sociedades anónimas para proporcionar los vínculos sociales necesarios. Aunque la evolución humana seguía arrastrándose a su paso usual de caracol, la imaginación humana construía asombrosas redes de cooperación en masa, distintas a cualesquiera otras que se hubieran visto en la Tierra. 

 Hacia el año 8500 a.C., los mayores poblados del mundo eran aldeas como Jericó, en la que vivían unos pocos cientos de individuos. Hacia 7000 a.C., la ciudad de Çatalhöyük, en Anatolia, contaba entre 5.000 y 10.000 habitantes, probablemente el mayor poblado del mundo de la época. Durante el quinto y cuarto milenio a.C., en el Creciente Fértil surgieron ciudades con decenas de miles de habitantes, y cada una de ellas dominaba sobre muchos pueblos de las inmediaciones. En 3100 a.C., todo el valle del Nilo inferior fue unificado en el primer reino egipcio. Sus faraones gobernaban sobre miles de kilómetros cuadrados y cientos de miles de personas. Hacia el año 2250 a.C., Sargón el Grande forjó el primer imperio, el acadio. Se jactaba de tener un millón de súbditos y un ejército permanente de 5.400 soldados. Entre 1000 a.C. y 500 a.C., aparecieron los primeros megaimperios en Oriente Próximo: el Imperio asirio tardío, el Imperio babilonio y el Imperio persa. Gobernaban a varios millones de súbditos y mandaban a decenas de miles de soldados. 

 En el año 221 a.C. la dinastía Qin unió China, y poco después Roma unió la cuenca del Mediterráneo. Los impuestos recaudados a 40 millones de súbditos qin pagaban un ejército permanente de cientos de miles de soldados y una compleja burocracia que empleaba a más de 100.000 funcionarios. En su cénit, el Imperio romano recaudaba impuestos de hasta 100 millones de súbditos. Estos ingresos financiaban un ejército permanente de 250.000-500.000 soldados, una red de carreteras que todavía se usaba 1.500 años después y teatros y anfiteatros que desde entonces y hasta hoy han albergado espectáculos. 

 Sin duda, es impresionante pero no hemos de hacernos falsas ilusiones acerca de las «redes de cooperación en masa» que operaban en el Egipto de los faraones o en el Imperio romano. «Cooperación» suena muy altruista, si bien no siempre es voluntaria y rara vez es igualitaria. La mayoría de las redes de cooperación humana se han organizado para la opresión y la explotación. Los campesinos pagaban las redes de cooperación iniciales con sus preciosos excedentes de alimentos, y se desesperaban cuando el recaudador de impuestos eliminaba todo un año de arduo trabajo con un simple movimiento de su pluma imperial. Los famosos anfiteatros romanos solían ser construidos por esclavos, para que los romanos ricos y ociosos pudieran contemplar a otros esclavos enzarzarse en terribles combates de gladiadores. Incluso las prisiones y los campos de concentración son redes de cooperación, y pueden funcionar únicamente porque miles de extraños consiguen coordinar de alguna manera sus acciones. 

 Todas estas redes de cooperación, desde las ciudades de la antigua Mesopotamia hasta los imperios qin y romano, eran «órdenes imaginados». Las normas sociales que los sustentaban no se basaban en instintos fijados ni en relaciones personales, sino en la creencia en mitos compartidos". Y. N. Harari Sapiens cit. pp.   121-124 

  En la medida en que la Revolución agrícola provoca una concentración de seres humanos en un territorio concreto y esto fuerza a los habitantes de dicho territorio a organizarse se habla de “Revolución neolítica”, que propicia la sucesiva aparición de las ciudades, y más tarde de los imperios. Hoy las agrupaciones humanas más conocidas y eficaces son los “estados”. Hay 193 en las Naciones Unidas. Aquí tenéis la lista:   https://www.saberespractico.com/cultura/paises-onu/

Ciudades

Jericó, la primera ciudad de la historia (hace 12.000 años)


Çataloyuk (Turquía) Hace 9000 años

Imperios: 

                                      El Imperio Acadio, el primer imperio de la historia (hace más de 4000 años)

Sargón (2335-2279), primer emperador de la Historia
 

Akad, la capital de Sargón

Ruinas de Akad hoy

6. Aparecen las clases sociales.

 A todo ello hay que añadir que la Revolución agrícola por vez primera en la Historia de la Humanidad "estratifica la sociedad." En la era de las cavernas y de los cazadores recolectores no había grupos sociales distintos. El instinto de supervivencia prevalecía y era verdad la divisa de los Tres mosqueteros: "Todos para uno y uno para todos." No obstante, tras la aparición de la agricultura, al imponer una organización social rigida permitió la aparición de las "élites consentidas" que con el tiempo se llamaron "estamentos privilegiados" o -Marx dixit- clases sociales. :

 "Los diligentes campesinos nunca consiguieron la seguridad económica futura que tanto ansiaban mediante su duro trabajo en el presente. Por todas partes surgían gobernante sy élites, que vivian a costa de los excedentes de alimentos de los campesinos y que sólo les dejaban con una mersa subsistencia. 

Estos excedentes alimentarios confiscados impulsaron la política, las guerras, el arte y la filosofía. Construyeron palacios, fuertes, monumentos y templos. Hasta la época moderna tardía, más del 90 por ciento de los humanos eran campesinos que se levantaban cada mañana para la brar la tierra con el sudor de su frente. Los excedentes que producían alimentaban a la reducida minoría de élites (reyes, funcionarios gubernamentales, soldados, sacerdotes, artistas y pensadores) que llenan los libros de Historia. La historia es algo que ha hecho muy poca gente mientras que todos los demás araban los campos y acarreaban barreños de agua" Y. N. Harari Sapiensp. 121. 

7. Empieza la aproximación “Pop” al Derecho

 Tras analizar la esencia de la Revolución agrícola y sus “neolíticas” consecuencias podemos ya adentrarnos en el Tratado de Derecho Pop, el texto que vamos a utilizar para iniciaros históricamente al “Derecho”.


 Esta semana veremos la Primera temporada en la que vamos a analizar dos aspectos. Primero por qué el ser humano se acaba imponiendo al resto de los seres vivos del planeta, lo que consigue porque se convierte en un animal social. Y segundo porque logra preservar esa sociabilidad que le permite cooperar en grupos humanos cada vez más numerosos mediante el establecimiento de mecanismos de resolución de conflictos que evitan que las disputas internas del grupo degeneren en guerra abierta que podría desintegrar el grupo y acabar con la convivencia y la cooperación. El Sapiens es un animal social gracias a que también desde el principio se convierte en un “animal jurídico”. De ahí que la Primera Temporada de nuestra historia Pop del Derecho tenga el título de “Un animal social… Y jurídico”. Esta primera temporada está integrada por dos episodios. En el primero se cuenta como el ser humano se convirtió en “El animal que conquistó el mundo” (pgs. 41- 49) gracias al desarrollo de su “sociabilidad”. En el segundo veremos que al ser un ser social los Sapiens inventa el “derecho” ya que no cabe concebir una sociedad sin la existencia de un “orden jurídico”, de ahí el conocidísimo aforismo latino “Ubi societas ibi ius”: donde hay sociedad hay derecho (pgs. 51-62).  

8. ¿Por qué somos tantos?

 Algunos hombres consiguen vivir solos como los eremitas, que se dedican en soledad a vivir en la oración. Sin embargo el hombre solo más famoso es Robinson Crusoe, que existió de verdad pues muy probablemente Daniel Defoe se inspiró en la historia del marino escocés Alexander Selcraig (1676-1721). 

Estatua de Selcraig en Lower Largo Fife (Escocia)

 Sin embargo en realidad los sapiens nos hemos multiplicado tanto que no solo somos 8000 millones actualmente sino que no podemos vivir solos. Y ello porque hemos aprendido a cooperar en masa, gracias a nuestro lenguaje y nuestro intelecto producto de la Revolución cognitiva. 

 9. ¿Cómo conseguimos no matarnos los unos a los otros? 

 Pero vivir todos juntos no es fácil. Pues a medida que los grupos humanos empiezan a ser cada vez más numerosos las peleas entre sus miembros son más frecuentes y peligrosas Como en este dibujo extraído de uno de los cómics de Astérix el galo, de Goscinny y Uderzo. 

 El problema de estas peleas es que puedan degenerar en Guerra como ocurrió por ejemplo en la Guerra de Troya (Tratado de Derecho pop pgs. 52-55) o en  la Batalla de Waterloo (18 de junio de 1815). 

Brad Pitt en la película Troya (2004)

No obstante estos conflictos entre humanos que son el pan nuestro de cada día por fortuna no siempre degeneraban en guerra que podía poner en peligro la cohesión del grupo porque, cuando dos o más miembros de la tribu se peleaban, los demás lograban reducirles y trataban de resolver el conflicto por una vía que no fuese una guerra abierta que acabara con la convivencia del grupo. De hecho fuimos desarrollando unos mecanismos de actuación que permitían que el grupo se interpusiera entre los rivales cortando en seco la “cadena de represalias”. El primero fue la Ley del talión ( (pgs. 57-58), el segundo fue el pago de multas (pg.58).

Estos mecanismos de resolución de conflictos que imponía la autoridad del grupo constituyen el núcleo inicial de lo que hoy llamamos “derecho”. Y a medida que las sociedades integraron a un mayor número de personas y fueron organizándose de manera más eficaz (ciudades, imperios, estados) el derecho fue haciéndose más sofisticado y complejo. El mejor ejemplo fue el caso de Roma, un pueblo que se convirtió en un gran Imperio gracias a que desarrolló unos mecanismos de resolución de conflictos muy eficaces. Por eso el Derecho romano se acabó convirtiendo en la base jurídica de la Civilización occidental (Tratado de Derecho pop: 2ª temporada, episodios 3, 4 y 5). 

 El “derecho” es muy importante, ya que gracias a él, hemos conseguido cooperar en grupos cada vez más numerosos y organizados. Por eso no es exagerado decir que la historia de la humanidad es buena medida la de los mecanismos dirigidos a resolver nuestras diferencias. Es decir: “el derecho”. Moraleja: controlamos el mundo como especie dominante gracias al derecho. Razón importante para que empecemos a estudiarlo. 


10. Fechas

Esta semana tendréis que “familiarizaros” con las fechas siguientes: 

 

12.000 La revolución agrícola. Domesticación de plantas y animales.  Asentamientos permanentes. 

10.000 a. C. Fundación de Jericó.  

7.500 Surge la ciudad de Çataloyuk (Asia Menor, actual Turquía). 


Cuarto Milenio A.C. 

3.800  Fundación de la ciudad de Ur (Sumeria). 

3.500 (aprox) Aparición de la escritura cuneiforme en Mesopotamia. 

3000 Inicio de la cultura Minoica (Knosos hacia 1700).


Tercer Milenio a. C.

2600 Inicio civilización de Mohenjo Daro (India) 

2.500   Construcción de las Pirámides de Egipto de Gizah (Keops, Kefrén y Micherinos).

2334-2154 a. C.  Primer imperio – El Imperio acadio de Sargón. 


Segundo Milenio a. C.


1.750  Código de Hammurabi

1.600 Inicio de la cultura Micénica

1.300 a. C. (aprox)  Moisés saca al pueblo judío de Egipto. Origen Judaísmo.  

1250 (Aprox) Toma de Troya por los aqueos de Agamenón. (Homero autor de la Iliada y la Odisea vivió en el siglo VIII a. C.)

1200 Aparición de los fenicios (Tiro y Sidón).


Primer Milenio a. C. 

965-928    Reinado de Salomón (Empieza a ponerse por escrito la Biblia : Antiguo Testamento) 

800 a. C. (aprox) Aparición del alfabeto griego

776 Creación de los Juegos olímpicos

753, 23 de abril: Fecha mítica de la Fundación de Roma (Rómulo y Remo)

640 a.C. Primera acuñación de moneda en Lidia (Asia Menor)

570-507  Clístenes creador de la Democracia ateniense

563-483 a, C. Buda en la India,  

551 a 479 Confucio  en China (Orden de los antepasados).

509  Creación mítica de la República romana

495-429 a. C. Pericles (Apogeo de Atenas).


11. Ejercicios


a) CONCEPTOS: 

1. Revolución agrícola. 2. Revolución neolítica. 3. Orden imaginado. 4. Fiesta  de las Panateneas. 5. Animal social. 6. Animal Jurídico. 7. Élites consentidas. 8. Alexander Selcraig. 9. Venganza privada. 10. Cadena de represalias. 11. Ley del talión (Origen etimológico). 12. Principio de compensación pecuniaria. 13. Beatus Ille. 14. Benito de Nursia. 15. Baojía (China Ming). 16. Sociedad paya. 


b) PREGUNTAS:


1. ¿Cuál es la diferencia esencial entre el Paleolítico (piedra antigua) y el Neolítico (piedra nueva). 

2. ¿Por qué para Y. N. Harari, la Revolución agrícola es el mayor fraude de la historia? 

3. ¿Quiénes son los culpables de la RA según el historiador israelí? Parte de explicar porqué según él las plantas domesticaron a los “sapiens”.  

4. ¿Cuáles fueron las consecuencias demográficas de la RA? ¿Y las consecuencias sociales (estratificación)? 

5. ¿Qué significa que en las sociedades agrícolas acaban apareciendo “órdenes imaginados”?

6. ¿Por qué según Guglielmo Ferrero los humanos hemos elegido vivir agrupados? (Episodio 1)

7. ¿En qué coincide Harari con Aristóteles a la hora de explicar la singularidad humana? (Episodio 1)

8. En la Guerra de Troya ¿Quién era Menelao y quien era Agamenón? (Episodio 2)

9. ¿Por qué el restablecimiento del orden en un grupo determinado no puede quedar en manos privadas?  (Episodio 2) 

10. ¿Cuáles son los primeros mecanismos que los humanos utilizan para cortar la cadena de represalias? (Episodio 2)

11. ¿Cómo se resuelven los conflictos en grupos pequeños? Parte del ejemplo de las comunidades locales de la Dinastía Ming en China y de la sociedad gitana. 

      Un mundo superpoblado. Conney Island, playa de Nueva York, en el verano de 1940. (Fotografía de Wee Gee)







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